Con la PNL podemos modificar estados emocionales… Incluso de cara al futuro, a ese tiempo que aún no ha llegado y que también genera miedos, preocupaciones, malestar emocional.
En efecto, el futuro es un tiempo que no existe al igual que el pasado. Es decir, existe solo en nuestra imaginación.
Podemos usar los recursos de la PNL, para enfocarnos mejor e imaginar un futuro extraordinario… Luego podremos experimentar algunos estados internos productivos (confianza, coraje, determinación, pasión, alegría, diversión) o todo lo contrario: haremos una mala película mental con respecto a lo que sucederá, alimentando estados de ánimo no funcionales y muy poco útiles.
Ahondemos un poco más en estos conceptos… Si el futuro no existe, ¿por qué tenemos que vivir emociones negativas con respecto a algo que todavía no existe?
Las Preocupaciones y el Futuro
La respuesta está en la palabra «preocupación». Cuando nos sentimos mal por el futuro, es porque nos ocupamos de nosotros mismos, es decir, tratamos primero con algo que aún no sabemos si realmente ocurrirá.
Es solo esa ocupación preventiva la que determina nuestros estados de ánimo con respecto al futuro… si ocupamos nuestros días imaginando un futuro fácil, correspondiente a nuestros deseos, los estados de ánimo serán positivos.
Si en cambio ocupamos el presente imaginando un futuro lleno de problemas, lleno de dificultades y complicaciones, será inevitable que los estados de ánimo sean negativos, que la emocionalidad toda sea nociva, y propicie comportamientos poco efectivos.
El Futuro está en nuestra Imaginación…
El futuro no existe… Sólo está en la imaginación y cuando usas tu presente para pre-ocuparte de lo que sucederá, alimentas diversas emociones negativas sin saber realmente si saldrá como lo esperabas.
Con ese “miedo al futuro”, sólo se crea más incertidumbre, una “interferencia emocional” que boicotea la realización de tus deseos.
Entonces, dado que todo está todavía imaginado, ¿por qué no hacemos que nuestra mente trabaje a nuestro favor para atraer el éxito?
Es nuestra elección… Con respecto al futuro, inmediato, cercano o lejano, podemos imaginar escenarios catastróficos o hacer una película mental hermosa con respecto a lo que nos gustaría que fuera.
Además, hacer una película mental hermosa es ciertamente más funcional que imaginar el desastre, porque me pondrá de buen humor, me movilizará, me hará sentir mejor y más productivo.
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