También desde la PNL, emoción implica movimiento: algo nos inquieta o genera enojo y esa emoción “trae” asociada un comportamiento (empezando de adentro hacia afuera).
Es decir desde la programación neurolingüística es importante prestar atención a esos “estados internos”, lo que sucede a nivel de pensamientos: imágenes, sonidos, diálogos y sensaciones internas, que generan estados de ánimo y desembocan en un comportamiento.
Aprender PNL para saber cómo gestionar estos estados internos, nos permitirá manejar con éxito ciertas emociones.
Han sido muchas las investigaciones que han intentado explicar qué ocurre a nivel fisiológico cuando sentimos una emoción.
De manera formal podemos definir una emoción como una “modalidad sensorial dirigida hacia el interior que crea un cambio del estado físico anterior a ella”
Generalmente las modificaciones somáticas que la acompañan son el aumento o disminución de la sudoración, la aceleración del ritmo respiratorio, la variación de las pulsaciones cardíacas, el aumento o la relajación de la tensión muscular.
Nuestra cultura , nuestra educación tradicional, no pone el acento sobre la necesidad de aprender a reconocer y gestionar nuestras emociones.
Demasiado a menudo nos encontramos atrapados en roles rígidos y convenciones sociales que nos refuerzan en no expresar nuestras emociones.
Por eso es tan importante incorporar nuevas herramientas como la PNL el Coaching y la Inteligencia Emocional, para poder expandirnos y mejorarnos como seres humanos, mejorando nuestras capacidades, los resultados obtenidos y calidad de vida.
Como seguramente te has dado cuenta, la no expresión de una emoción genera un proceso en cadena que provoca otras emociones. De niños nacemos con toda la experiencia emocional posible, algunas de las cuales con el paso de los años, se van “enfriando” o peor aún, “congelando”.
Volvemos a lo anterior: la educación, las costumbres, generan que la expresión emocional no tengan el lugar adecuado en nuestras vidas. Se las minimiza, se las subestima, se las reprime o se las niega. En el fondo es como negar las necesidades más profundas y genuinas que tiene una persona.
Por eso es muy importante recuperar nuestra “inteligencia emocional», es decir la capacidad de saber identificar, aceptar y utilizar mejor nuestras emociones.
Recurso Recomendado: Curso de PNL «Emocionalmente Libre!»
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